Por: Sofía Torres Guido
El turismo cuenta con varias vertientes y a pesar de parecer un tema en el que no se toma en cuenta el derecho a la recreación y el ocio por la manera en la que se produce la actividad turística, sí cuenta con aspectos importantes dentro de los principios humanos, de ahí que esta sea una de las actividades económicas más empleadas para contribuir en el crecimiento de países en vías de desarrollo como lo es México.
Sin embargo, aún es fácil percibir las deficiencias en la implementación de ciertas políticas para poder lograr la accesibilidad de la que se habla en los programas de desarrollo después de la pandemia. Vemos que es tendencia el intentar ser destinos más incluyentes, pero dentro de esta inclusión hay segregación, ya que se limita exclusivamente a las personas con discapacidad y para poder hablar de integración también se deben de considerar las alternativas de inclusión social. En este contexto hay que entender que este tipo de actividad hace referencia a las diferentes necesidades de accesibilidad con las que cuentan las personas.
En México, este derecho se estipula dentro de la Ley General del Turismo donde su objetivo es promover el desarrollo del turismo social para que todos los mexicanos puedan acceder al descanso y recreación, mismo que se toma en cuenta dentro de la Declaración de Derechos Humanos y por el cual surgió la Organización Internacional del Turismo Social, sin embargo, esto engloba a varios sectores de la población que tienen necesidades específicas dentro de las cuales no es una prioridad el sector obrero, por lo que si se pretende encaminarse a ser un destino coherente se requiere dar la atención a este grupo vulnerable.
De acuerdo con la entrevistada Olga Franco, el turismo es un fenómeno que debería de ser accesible para todos sin que el factor económico sea una determinante, así estaríamos aplicando el derecho turístico.
Si se busca responder al porqué se ha dejado de lado este derecho al ocio, es porque gubernamental y empresarialmente no se ve el beneficio económico en facilitar los viajes a personas de escasos recursos. Ambos medios muestran interés en actividades económicas redituables sin tomar en cuenta que es un hecho que en el sector privado de lugares como Cancún se está dando una creciente oferta de servicios para las personas de escasos recursos, abriendo una oportunidad económica para las empresas privadas que se dedican al ámbito de los viajes. Ver el turismo como negocio y, a su vez, ofertar actividades en costos bajos para permitir que se aprovechen las temporadas bajas es posibilitar que la actividad no solo se concentre en los días de vacaciones disponibles, por lo que se mejora la manera de hacer turismo y se hace reivindicación social.
Si se tomara en consideración esta manera de hacer turismo, de cierta forma se estaría combatiendo un modelo de consumo y de prestación de servicios turísticos obsoleta y el dar acceso a todas estas personas tendría no solo un excelente valor comercial, sino también un valor simbólico disruptivo, porque se contribuye a su desarrollo personal. Si bien hacer turismo no es una necesidad primordial, es importante porque les permite a las personas de escasos recursos salir y conocer más allá de su realidad, el hecho de viajar produce crecimiento individual y a su vez crecimiento colectivo.