A 120 Km de la ciudad de Morelia, se encuentra un pequeño poblado un tanto desconocido para muchos y poco conocido para otros. De exuberante vegetación típica de la región, de clima tropical y húmedo, así como de fértil tierra rodeada de manantiales, ríos y ojos de agua cristalina que llegan a desembocar en la zona del Balsas.
Justo al sur de la cabecera municipal de Tacámbaro, se encuentra el pueblo de Pedernales, la tenencia más grande que tiene el municipio y uno de los principales productores de azúcar en la región. De origen prehispánico de acuerdo con algunos estudios arqueológicos y vestigios que se han encontrado en la zona, su nombre significa “lugar donde existen piedras que echan lumbre”, esto por el tipo de piedra que predomina [pedernal]de la que se utilizaba para la elaboración de diversas herramientas, especialmente cuchillos.
Algunos datos históricos, hacen mención a que en el actual poblado existió una hacienda que abarcaba una enorme extensión de tierra y zonas de cultivo de cañaverales que fueron introducidos durante la época colonial por los españoles, quienes también, introdujeron mano de obra esclava de origen africano.
A 20 minutos de Tacámbaro, el terreno desciende rápidamente y el clima se modifica de manera abrupta entre los bosques templados y fríos de la meseta purépecha para dar paso a la zona tropical y húmeda de Pedernales. El trayecto ofrece increíbles vistas al paisaje terracalenteño, entre laderas, montañas y la gran cantidad de cultivos de caña de azúcar que predominan hasta el mes de noviembre por el inicio de la zafra.
El panorama durante noviembre es totalmente modificado por las hogueras que se llevan a cabo a partir de la quema de los cultivos, mientras los campesinos comienzan el corte del mismo con machete en mano, llenándose de tizne que los cubre en la totalidad de sus cuerpos al momento de ser removidos de la tierra. Camiones cargados con toneladas de caña de azúcar bajan constantemente para llevarlas al ingenio azucarero, lugar donde será procesado para la elaboración de diferentes productos como el azúcar, el piloncillo, melaza o hasta bebidas alcohólicas que son derivados del mismo cultivo.
El origen histórico del ingenio viene desde la época porfiriana, cuando solo se encontraba un pequeño trapiche (antiguo molino que se utilizaba para extraer el jugo de la caña de azúcar) en el poblado de Chupio; sería hasta el año de 1958 que el trapiche pasó a manos de su antiguo dueño el señor Don Luis de Bermejillo y Martínez Negrete, quien modificaría su nombre y lo llamaría Ingenio Pedernales ubicado ya para entonces en la ex hacienda de Pedernales. Hacia 1975, el ingenio paso a ser administrado por el Gobierno Federal durante la administración de Luis Echeverría como presidente de México.
Sería hasta el año de 1991 con el proceso de privatización de las empresas mexicanas que, el ingenio azucarero pasaría a manos de la cadena Santos, dando por nombre Ingenio Santos, el cual, remodeló mucha de la maquinaria que se utilizaba para la extracción de azúcar y que, desde su origen, no ha dejado de ser una de las industrias económicas de la región.
La producción de azúcar es el principal giro económico de Pedernales y de muchos de los poblados cercanos. Este proceso se lleva a cabo mediante la quema, corte y recolección del cultivo. El oficio de cañero viene realizándose desde tiempos coloniales, de sol a sol los campesinos se dedican al corte de la caña.
Pedernales le ofrece a cualquier visitante regocijarse de tranquilos atardeceres y del disfrute de una rica nieve en su pequeña plazuela conocida como plaza acueducto, nombre que recibe por los dos acueductos que atraviesan a un costado de la misma. Junto a la plaza, se encuentra el templo de construcción moderna en el que se ubica una imagen de Nuestra Señora de la Salud, al parecer del siglo XVIII y que se conjunta con el antiguo campanario de lo que alguna vez fue la ex hacienda.
Balnearios y arroyos, así como pueblos históricos rodean Pedernales. A poco menos de media hora se encuentra Puruarán, lugar donde en el año de 1813 principios de 1814 se llevó a cabo una batalla entre insurgentes y realistas en donde hicieron prisionero a Mariano Matamoros (brazo derecho del ejército de José Ma. Morelos durante la lucha de independencia).
En la carretera que va de Pedernales a Chupio, se encuentra un camino de terracería acompañado de grandes montañas, arbustos enmarañados, platanares y un caudaloso río que se origina al final de la terracería donde se encuentra una enorme cascada junto a un balneario de nombre Arroyo Frío, que junto con el Salitre (balneario de agua termal nacida de un cerro) y el Piojito son los balnearios más visitados y donde aventureros podrán disfrutar del contacto con la naturaleza.
Sin duda alguna algo que también hace atractivo al pueblo es disfrutar de su peculiar gastronomía conocida como bola de Pedernales. Este platillo típico de la región consta de frijoles, carne seca, manteca, chile guajillo y chile güero, envuelta de tortillas formando una bola. De acuerdo con la tradición, este platillo era elaborado por las mujeres (madres de familia) que lo preparaban como alimento para que sus hijos y esposos lo comieran mientras laboraban en las parcelas.
Visitar Pedernales es disfrutar de su agradable clima durante los meses invernales por encontrarse en zona de Tierra Caliente. Una zona que disfrutará toda persona que guste del turismo de aventura y naturaleza, conjuntándose un poco con la historia y cultura que nos ofrece su cercanía con el pueblo mágico de Tacámbaro.